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CUIDADO DE ESCARAS

29 de Abril de 2021

Introducción

La úlcera por presión o escara se define como la lesión de la piel y de los tejidos subyacentes debido a la presión mantenida entre una protuberancia ósea y una superficie de apoyo que provoca un bloqueo del riego sanguíneo a este nivel. Se ha de tener en cuenta y dotar del soporte asistencial necesario a todos los cuidadores de personas con poca mobilidad, como seguimiento de los cuidados de prevención. Recomendamos el apartado de cuidados del cuidador en Discapnet.

 

Población de riesgo

  • Principales puntos de presión para no tener escaras
  • Pacientes ancianos.
  • Pacientes encamados o en silla de ruedas, especialmente si dependen de los demás para moverse.
  • Lesiones medulares debido a su extensa pérdida de función sensorial o motora.
  • Pacientes con parálisis cerebral, disminución del nivel de conciencia por cualquier causa, dado que las percepciones normales que estimulan los cambios posturales están reducidas o ausentes.

Factores de riesgo

  • La presión, la fricción y el cizallamiento son factores de riesgo.
  • Hábitos higiénicos inadecuados o insuficientes.
  • Desconocimiento de los factores que amenazan la integridad de los tejidos y la forma de evitarlos.
  • Movilización activa.
  • Evitar arrugas en la ropa y cama.
  • Bajo nivel económico con baja calidad alimenticia e insuficiente ingesta proteica. Un paciente en alto riesgo de desarrollar úlceras de decúbito requiere una dieta hiperproteica e hipercalórica. Asegure un estado de hidratación adecuado.
  • Incontinencia urinaria.

Localización más frecuente de las escaras en personas con poca movilidad

  • Sacro
  • Talón
  • Maléolos externos
  • Glúteos
  • Crestas iliacas
  • Trocánteres
  • Escápulas.
  • Isquion.
  • Región occipital.
  • Codos.
  • Orejas.
  • Apófisis espinosas.
  • Cara interna de las rodillas.
  • Cara externa de las rodillas.
  • Maléolos internos.
  • Bordes laterales de los pies.

Prevención de las úlceras de decúbito

Cambios posturales

Para aliviar y eliminar la compresión de los puntos de apoyo, es imprescindible realizar cambios posturales, manteniendo lo más correcta posible la alineación del cuerpo y estudiando detenidamente la forma de reducir los efectos de la presión prolongada sobre las eminencias óseas.

 

Realice cambios posturales

  • Cada 2-3 horas a los pacientes encamados, siguiendo una rotación programada e individualizada.
  • En periodos de sedación se efectuarán movilizaciones horarias. Si puede realizarlo autónomamente, enseñe al paciente a movilizarse cada quince minutos (cambios de postura y/o pulsiones).

Decúbito Supino

Prevención de escaras: evitar roces mediante colocación de almohadas.

Se acolchará con almohadas de la manera siguiente:

  • Una debajo de la cabeza
  • Una debajo de los gemelos
  • Una manteniendo la posición del pie
  • No se debe producir presión sobre talones, cóccix, sacro, escápulas y codos.
  • Apoyar las rodillas en posición ligeramente flexionada (evitando la hiperextensión), codos estirados u manos en ligera flexión. Las piernas deben quedar ligeramente separadas.
  • Evitar la rotación de la rodilla y la flexión plantar del pie.

Decúbito Lateral

Se acolchará con almohadas de la forma siguiente:

  • Una debajo de la cabeza.
  • Una apoyando la espalda.
  • Una separando las rodillas y otra el maléolo externo de la pierna inferior.
  • Una debajo del brazo superior.

No se debe producir presión sobre:

  • Orejas, escápulas, costillas, crestas ilíacas, trocánteres, gemelos, tibias y maléolos.
  • Las piernas quedarán en ligera flexión con la pierna situada en contacto con la cama, ligeramente atrasada con respecto a la otra.
  • Si la cabecera de la cama tiene que estar elevada, no excederá de 30.

Posición sentada

Se acolchará con almohadas de la forma siguiente:

  • Una detrás de la cabeza.
  • Una debajo de cada brazo.
  • Una debajo de los pies.

No se debe producir presión sobre:

Omóplatos, sacro y tuberosidades isquiáticas.

En pacientes que pueden levantarse al sillón o realizar algún movimiento en la cama, se deberá ayudar y animar a realizar movimientos activos, colocar soportes y asideros que faciliten su movilización.

Cuidados específicos

Piel

Examine el estado de la piel al menos una vez al día, teniendo en cuenta especialmente:

  • Prominencias óseas: sacro, talones, caderas, tobillos, codos.
  • Zonas expuestas a humedad (por incontinencia, transpiración, estomas, secreciones)
  • Detectar la presencia de sequedad, excoriaciones, eritema, maceración, fragilidad, temperatura, induración.
  • Mantenga la piel del paciente en todo momento limpia y seca.
  • Utilice jabones o sustancias limpiadoras con potencial irritativo bajo.
  • Lave la piel con agua tibia, aclare y realice un secado meticuloso sin fricción.
  • No utilice sobre la piel ningún tipo de alcoholes (de romero, tanino, colonias, etc.).
  • Aplique cremas hidratantes, procurando su completa absorción.
  • Valore la posibilidad de utilizar productos con ácidos grasos hiperoxigenados en las zonas de riesgo de desarrollo de úlceras por presión cuya piel esté intacta, como por ejemplo, el aceite de rosa de mosqueta.
  • Preferentemente se utilizará lencería de tejidos naturales.
  • No realice masajes directamente sobre prominencias óseas.
  • Dedique una atención especial a las zonas donde existieron lesiones por presión con anterioridad, al presentar un elevado riesgo de aparición de nuevas lesiones recurrencia.

Exceso de Humedad: Incontinencia, transpiración

Valore y trate los diferentes procesos que puedan originar un exceso de humedad en la piel del paciente: incontinencia, sudoración profusa, drenajes y exudado de heridas.

Para ello puede utilizar productos barrera que no contengan alcohol y que protegen contra exudados y adhesivos.

Manejo de la presión

Para minimizar el efecto de la presión como causa de úlceras o escaras por presión habrán de considerarse cuatro elementos: la movilización, los cambios posturales, la utilización de superficies especiales de apoyo y la protección local ante la presión.

No utilice flotadores.

Superficies especiales de apoyo

Nos referiremos a superficies especiales de apoyo, como aquellas superficies que han sido diseñadas específicamente para el manejo de la presión.

  • Paciente de riesgo bajo: Preferentemente superficies estáticas colchonetas-cojines estáticos de aire, colchonetas-colchones-cojines de fibras especiales como viscoelástica.
  • Pacientes de riesgo medio: Preferentemente superficies dinámicas colchonetas alternantes de aire de celdas medias, o superficies estáticas de altas prestaciones (colchones de espuma especiales, colchones colchonetas viscoelásticos.
  • Pacientes de riesgo alto: Superficies dinámicas colchones de aire alternante, colchonetas de aire alternante de grandes celdas.

Fuente: www.discapnet.es

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